El informe del Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC) denominado Quantifying Coastal and Marine Tourism and Protecting Destinations intenta poner luz sobre la importancia del turismo marino y el riesgo que supone para los destinos costeros el cambio climático.
El turismo costero y marino es una parte vital del sector turístico global y de la economía mundial, generando una contribución significativa a través de múltiples canales económicos y sociales.
Sin embargo, su sostenibilidad económica está intrínsecamente ligada a la capacidad de los destinos para gestionar los riesgos climáticos y adoptar prácticas sostenibles.
La lucha contra el cambio climático es fundamental para que este segmento turístico continúe siendo una fuente de crecimiento, empleo y desarrollo a largo plazo.
El turismo costero y marino genera del 1,4% del Producto Interno Bruto (PIB) global (impacto directo). Pero si incluimos la actividad generada por el turismo en las cadenas de suministro, la cifra sube al 3,2% del PIB mundial.
El sector da empleo directo a 52 millones de puestos de trabajo creados directamente por actividades turísticas en destinos costeros y marinos. Esta cifra sube casi al doble si incluimos los trabajos de las cadenas de suministro turístico.
Los países más dependientes del turismo costero y marino son pequeños estados insulares en desarrollo, como Grenada, Maldivas, Seychelles y Aruba. En estos lugares, el turismo representa al menos el 25% del PIB directo.
El turismo costero y marino proporciona oportunidades económicas en áreas rurales y urbanas, ayudando a diversificar las economías locales y genera ingresos que pueden destinarse a mejorar infraestructura, educación y servicios de salud en comunidades locales.
Los destinos costeros incluyen una amplia gama de características:
- Rurales: Pequeñas aldeas pesqueras y reservas naturales.
- Urbanos: Grandes ciudades como Miami, Bangkok o Barcelona que combinan turismo costero con una oferta urbana.
- Climáticos y culturales variados: Desde playas tropicales en el Caribe hasta regiones más templadas en Europa.
Sostenibilidad del turismo marino
El informe del WTTC destaca cómo el turismo costero y marino tiene una considerable huella ambiental, impulsada principalmente por el transporte y el consumo de energía.
Reducir este impacto requiere acciones coordinadas entre gobiernos, empresas turísticas y comunidades locales y tienen que ir enfocadas en:
- Promover la transición a fuentes de energía renovable.
- Fomentar el transporte sostenible.
- Proteger ecosistemas costeros clave como parte de estrategias de mitigación y adaptación al cambio climático.
La generación de energía para satisfacer la demanda de los destinos turísticos costeros aumenta la presión sobre las redes eléctricas, especialmente en regiones que dependen de combustibles fósiles.
Por otra parte, hoteles y actividades turísticas intensivas en agua pueden reducir la disponibilidad del recurso para comunidades locales, particularmente en áreas con estrés hídrico.
Por último, la construcción y operación de infraestructuras turísticas (hoteles, puertos, carreteras) puede llevar a la pérdida de ecosistemas costeros críticos, como manglares y arrecifes de coral.
Cambio climático
El turismo costero también se ve amenazado por los efectos del cambio climático.
Sus actividades intensivas en carbono contribuyen al calentamiento global, lo que aumenta la vulnerabilidad de los destinos costeros a fenómenos climáticos extremos y cambios en los ecosistemas.
El cambio climático representa una amenaza significativa y multifacética para los destinos costeros, afectando tanto a las comunidades locales como a las actividades turísticas que sostienen sus economías, ya que pone en riesgo la viabilidad económica y la sostenibilidad de los destinos turísticos costeros.
Principales amenazas climáticas para destinos costeros
Aumento del nivel del mar: Las costas se enfrentan a inundaciones más frecuentes y graves, afectando infraestructuras clave como hoteles, carreteras y aeropuertos.
Eventos climáticos extremos: Huracanes, tifones y tormentas más intensas ya están causando daños sustanciales.
Sequías y estrés hídrico: Las regiones costeras dependen en gran medida del agua para satisfacer la demanda turística, exacerbando la escasez en áreas vulnerables.
Pérdida de ecosistemas costeros: Manglares, arrecifes de coral y playas están en peligro debido al cambio climático y la actividad humana.
Estos ecosistemas son esenciales para proteger contra tormentas y para atraer turistas interesados en la naturaleza.
La desaparición de arrecifes de coral, por ejemplo, afecta directamente a actividades turísticas como el buceo.
Recomendaciones clave
El informe presenta una serie de recomendaciones estratégicas para que el sector del turismo costero y marino pueda enfrentar eficazmente los desafíos del cambio climático y garantizar su sostenibilidad económica, social y ambiental.
Estas recomendaciones abarcan la acción colectiva, la inversión estratégica y la implementación de prácticas innovadoras y resilientes.
Descarbonización del transporte – Es fundamental reducir la huella de carbono generada por el transporte turístico.
En el transporte terrestre hay que fomentar el uso de vehículos eléctricos (VE) mediante incentivos y desarrollo de infraestructuras de carga.
Por otra parte, hay que promover el transporte público y opciones de movilidad compartida.
En relación con el transporte aéreo y marítimo, hay que desarrollar combustibles sostenibles e incentivar la investigación y adopción de tecnologías de bajas emisiones para aviación y cruceros.
Energía limpia – Es necesario incentivar el uso de energías renovables en destinos turísticos, a través de la instalación de paneles solares, de turbinas eólicas y otras tecnologías limpias.
También es importante mejorar la eficiencia energética de las instalaciones turísticas mediante tecnologías modernas y prácticas sostenibles.
Reducción de la huella en cadenas de suministro – Es importante colaborar con proveedores para adoptar prácticas sostenibles en producción y transporte, priorizando materiales locales y de bajo impacto ambiental para actividades turísticas.
Infraestructura resiliente – Es fundamental la modernización de la infraestructura turística para resistir fenómenos meteorológicos extremos, como puede ser la construcción de diques, la instalación de sistemas de drenaje y la construcción de edificios resistentes al clima.
Soluciones basadas en la naturaleza – Es clave tener estrategia que permita la restauración de ecosistemas costeros como manglares y arrecifes de coral, ya que estos actúan como barreras naturales y absorben carbono, además de aumentar el atractivo turístico al restaurar la biodiversidad.
Gestión integral de riesgos – Se deben implementar sistemas de alerta temprana y monitoreo climático, así como el desarrollo de planes de evacuación y respuesta para comunidades costeras vulnerables.
Coordinación multisectorial – Para hacer el turismo costero y marino más sostenible es fundamental involucrar a gobiernos, empresas privadas, ONGs y comunidades locales en la planificación y ejecución de estrategias climáticas. Para ello, es clave el fortalecer alianzas entre sectores turísticos y de transporte para avanzar en la descarbonización.
Implementación de planes de acción climática – Es necesario promover la adopción de planes como la Declaración de Glasgow que insta a los destinos a medir y reportar sus emisiones, establecer metas claras de reducción de GEI, e implementar soluciones específicas para cada región.
Movilización de recursos financieros – Por último, es clave fomentar la inversión pública y privada en proyectos de mitigación y adaptación, como el uso de ingresos fiscales generados por el turismo para financiar infraestructuras sostenibles o el acceso a fondos internacionales para el desarrollo y la resiliencia climática.